Desde los años 2000 se perfila una nueva industria de la música, animada por la digitalización y donde lo discográfico es cada vez menos importante. En este contexto, bajo el fuego cruzado del clima cultural autogestivo del pos 2001, Cromañón y el avance capilar del emprendedurismo, en el área metropolitana de Buenos Aires se han desarrollado nuevas organizaciones musicales. Aunque operan bajo viejas palabras, como sellos y productoras, se ordenan de maneras híbridas y apuntan a modelos de negocio que exceden la venta de música en formatos físicos o virtuales y su presentación en vivo. Estas organizaciones producen música y contenidos, organizan eventos, hacen asesorías, relevan datos y ofrecen cursos. Las encontramos sobre todo en los sectores musicales denominados “independientes”, una etiqueta controvertida y siempre resignificada que, en los últimos años, se ha triangulado más que nunca en su historia con el mercado y el Estado.
Estas organizaciones son agentes claves del sector socioeconómico de la música y una de las categorías más dinámicas de las denominadas “industrias creativas”. Acompañando este crecimiento, se encuentran las políticas de promoción del sector musical “independiente” sostenidas desde comienzos de los años 2000 por parte del Estado argentino, de alcance local, provincial y nacional, así como distintas apuestas de mecenazgo y branding por parte de las empresas. Considerando estas relaciones, en este proyecto nos proponemos reconstruir la trama plural de agencias colectivas e individuales, relaciones, trayectorias y sentidos que constituyen la música “independiente” del AMBA en los últimos diez años. Así, aspiramos a ofrecer conocimiento fundamentado, integral y confiable para la organización social y económica de este sector productivo independiente, que esté informado por la perspectiva de los propios actores participantes y que permita superar el casuismo y la fragmentación propia de los estudios y las políticas en estos temas.